Pozo de la nieve

Hasta la aparición de sistemas que permitieron la generación de frío industrial, los pozos de nieve o neveros eran la única manera de obtener hielo en épocas y/o regiones más cálidas donde no se podía obtener de forma natural. El método era bien sencillo: se recogía la nieve en invierno y se almacenaba en grandes cantidades dentro de cámaras lo más aisladas posible, para que mantuvieran la temperatura durante largo tiempo evitando su descongelación.

Pozo de la Nieve (Alpera - Albacete)

Esta actividad es conocida desde época romana, aunque su auge se daría entre los siglos XVI y XIX. En el siglo XX comienza a decaer esta actividad ante la aparición de métodos que permitían la generación de hielo a nivel industrial, y posteriormente la introducción en las casas de los frigoríficos domésticos.

En la época de explotación de los pozos de nieve, el uso del hielo era muy variado, aunque como se puede imaginar caro y escaso en épocas de calor o lugares cálidos. Su uso iba desde la conservación de alimentos hasta el uso medicinal, pasando por el enfriamiento de comidas o elaboración de bebidas frías.

A las afueras de Alpera (Albacete), se encuentra uno de los mayores y mejor conservados pozos de nieve de la península. Conserva de manera completa su estructura. Su origen posiblemente date del siglo XVIII, aunque hay vestigios de esta actividad en este lugar desde el siglo XVI. Fue declarado Bien de Interés Cultural (B.I.C.) en 2010.

Se trata de un pozo cilíndrico, de entre 10 y 20 metros de profundidad. Tiene 17,5 metros de diámetro. En la actualidad, no se ha limpiado su interior, por lo se aprecia una profundidad libre aproximada de 10 metros, a partir de la cual afloran escombros y otros residuos. El pozo lo rodea una planta poligonal de mampostería, culminada por una enorme cúpula semiesférica de 7 metros de altura, también de mampostería y mortero. Se estima una capacidad de unos 1.700 metros cúbicos.

El pozo cuenta con 3 puertas de acceso de aproximadamente 1 metro de altura, situadas al Sur, Este y Noroeste respectivamente. Estas puertas deberían sellarse con un bloque de piedra para conservar el frío en el interior. En algunas de las puertas se pueden encontrar aún estos pesados bloques.

Puerta Este.
Se conserva el bloque de piedra que serviría para sellar la puerta y mantener la temperatura en el interior.


Interior del pozo desde una de sus puertas.
El fondo se encuentra repleto de escombros y otros residuos.
Se le supone una profundidad mucho mayor de la que actualmente se observa.


Puerta y cúpula.

Las dimensiones de la cúpula impresionan.
Nótese las dimensiones comparadas con la mujer a la izquierda de la foto.

Con esta construcción, se consigue mantener una temperatura constante en el interior y aislada de la temperatura exterior. En su interior, se iba depositando la nieve, compactándola, para convertirla en hielo y que conservara mejor el frío. Sobre una capa de nieve de determinado espesor, se depositaba otra capa de tierra, paja o ramas. Así, sucesivamente se iban realizando capas alternas de nieve y paja. Esta distribución por capas servía a modo de aislante para poder ir explotando el pozo por capas.

Adosado al sur de la estructura, se encuentran las ruinas de una construcción rectangular, la cual serviría para los trabajos relacionados con la extracción de hielo o vivienda de los trabajadores.


Vestigios de la construcción adosada a la cúpula.

En el interior de la construcción adosada a la cúpula, existe un acceso al pozo.

Vista general del pozo de la nieve.

El pozo de la nieve de Alpera, es un importante vestigio de la actividad industrial de conservación y producción de hielo. La impresionante cúpula de mampostería y el tamaño del pozo lo convierten en uno de los mayores y mejor conservados ejemplos de neveros la península ibérica. Sus asombrosas dimensiones y estado de conservación lo hacen un interesante lugar para conocer de cerca.


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Comentarios

  1. Excelente trabajo. Algo nuevo aprendido pues nunca había visto ninguno, gracias


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    1. Gracias Señor/a Anónimo.
      Aún es posible encontrar estas construcciones en numerosos puntos de la geografía peninsular, siendo este pozo de Alpera uno de los mayores y mejor conservados. Me alegro de que con este artículo pueda haber aprendido y le sirva para entender e interpretar los próximos que encuentre.

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