Molino Flor de Ribera

Una de las imágenes icónicas de La Mancha son sus reconocibles molinos de viento. Pero estas construcciones se solían levantar en aquellos lugares donde los recursos hídricos escaseaban, estaban sobreexplotados, o bien las condiciones eran más favorables para el viento que para el agua. Es decir, usualmente un molino de viento se levantaba en aquellos casos, donde no había posibilidad de aprovechar un cauce donde construir un molino hidráulico.

Por tanto, ríos con un caudal constante solían aprovecharse desde muy antiguo para construir estos ingenios hidráulicos que se usaban para hacer la necesaria molienda de cereal. El río Guadiana es un buen ejemplo de ello.

Molino Flor de Ribera, junto al río Guadiana.

Los cauces en los ríos manchegos están poblados de molinos hidráulicos, la mayoría de ellos ya en desuso y ruina. Para hacerse una idea, solamente en la provincia de Ciudad Real, Domingo Melero Cabañas enumera un total de 367 molinos en su obra "Ciudad Real, tierra de molinos de agua" [1], de los cuales indica que 252 se encontrarían en ruinas y 86 desaparecidos.

Cada una de estas antiguas construcciones, tiene sus particularidades y suelen ser interesantes de conocer en uno u otro aspecto (historia, ingeniería, arquitectura popular, arqueología industrial, motivos etnológicos, cultura popular...). En esta entrada, nos centraremos en concreto en el molino Flor de Ribera. Este molino se ubica en el cauce del río Guadiana, en el término municipal de Torralba de Calatrava. Casualmente, existe otro molino con el mismo nombre en la provincia, con el que no debemos confundir; ese otro molino está en el río Montoro, en el entorno del Valle de Alcudia, en Hinojosas de Calatrava.

El molino Flor de Ribera, en el río Guadiana, tiene una larga historia. Se documenta un molino en este lugar desde el siglo XVI, en el que ya aparece nombrado en las Relaciones Topográficas de Felipe II.

Posteriormente, la propiedad del molino pasó al colegio de jesuitas de Almagro hasta mediados del siglo XVIII cuando la orden fue expulsada de España (1767). Tal propiedad aparece reflejada en el Catastro de Ensenada, donde también se indica que el molino contaba con 5 piedras para moler.

Páginas del Catastro de Ensenada donde se lee que el molino tiene cinco piedras y pertenece a la Compañía de Jesús de la Villa de Almagro.

El molino era de los más importantes en esta zona del Guadiana. De hecho, los jesuitas ampliaron el edificio con granja, bodega y capilla, tal y como lo indica Miguel Corchado en su obra "El Campo de Calatrava. Los pueblos." [2], en el capítulo dedicado a Torralba de Calatrava. También cita que "de este basto edificio solo quedaban a fines del XIX los muros, una magnífica bodega subterránea, los pozos de nieve y la iglesia, cuya capilla mayor aparecía revestida de pinturas, firmadas en 1796 por Juan Merino, y un letrero 'Se reedificó año 1792' ".

Como curiosidad, el funcionamiento y represa del molino afectaba en ocasiones al cauce del río y a capacidad de molienda de otros molinos cercanos, lo que fue motivo de pleitos durante el siglo XVII, tal y como indicaba Francisco Javier Moreno Díaz del Campo en un artículo [3] referenciado en la bibliografía de esta entrada.

En cuanto al edificio, el molino tiene dos plantas, de forma rectangular. Según los restos actuales está construido con piedras y argamasa, aunque ha sufrido remodelaciones a lo largo de su historia, observándose partes construidas de diferentes épocas. A pocos metros del molino, un puente permitía cruzar el río Guadiana. El estado actual del edificio principal es de ruina avanzada.


La techumbre se ha venido abajo.

Algunas estructuras, como estas vigas y pilares de madera, apoyados en piedra, aparentan tener siglos de antigüedad.

Se observan pesebres adosados a la pared, donde "aparcar" los animales.

Fachada del molino.

Una sala inferior abovedada.

Posibles restos de una de las salas de molienda que permanecen en pie.

Puertas del canal de desagüe, desde el interior. Como se observa, el piso se ha hundido. Sobre este punto se situarían los mecanismos hidráulicos que movían las piedras.

Otra sala en ruina.

Canales para el agua.

Canales desde el exterior.

Una de las paredes del molino.

Detalle de fachada y materiales de construcción.

Vista general del molino.

A unos metros del molino, este puente permitía cruzar el río Guadiana. La antigua carretera transcurría sobre él. Ahora existe un nuevo puente que lo sustituye.

Aún se observan algunos restos desperdigados en las cercanías, por ejemplo, esta rueda de molino.

Atardeciendo en Flor de Ribera, sobre el antiguo puente.

Son numerosos los restos de molinos que podemos encontrar aún en los cauces manchegos, aunque de la mayoría solo queden ruinas. Muchos de ellos, generaban grandes rentas y actividad en sus proximidades, necesitando del trabajo de varias familias que fijaban su residencia en el propio complejo. La visita a estos lugares, observándolos con los ojos adecuados e interpretándolos, permite imaginar lo que entonces significaban para la economía de los pueblos y cómo se desarrollaba la vida a su alrededor. Ahora, muchos de ellos solo son edificios ruinosos y "encallados" en las orillas de nuestros ríos.

Si he despertado vuestra curiosidad por estos edificios, recomiendo la consulta y lectura del libro "Ciudad Real, tierra de molinos de agua" [1] de Domingo Melero Cabañas, donde se explican los tipos de molinos y su funcionamiento. Además, se enumeran y describen todos los los molinos identificados en la provincia de Ciudad Real, indicando su ubicación, el estado en el que se encuentran y una descripción de todos ellos.


Para saber más y bibliografía:

[1] Melero Cabañas, Domingo: "Ciudad Real, tierra de molinos de agua". 2014. Publicado digitalmente por la Diputación de Ciudad Real en 4 volúmenes: Volumen 1, 2, 3 y 4.

[2] Corchado Soriano, Miguel: "El Campo de Calatrava. Los pueblos.". Instituto de estudios manchegos. Diputación provincial de Ciudad Real. 1982.

[3] Moreno Díaz del Campo, Francisco Javier. "Agua y harina. El molino de Flor de Ribera y la disputa por el control de los recursos del río Guadiana a principios del siglo XVIII en Torralba de Calatrava", artículo incluido en:

Romero Fernández M. y Alía Miranda, F. "Actas de las I y II Jornadas monográficas sobre Torralba de Calatrava y su entorno (2003 y 2004)". Publicado por el Ayuntamiento de Calatrava en 2005, pp 315-342.


----- MAPA -----

Comentarios

  1. Se ve que en su día tuvo que ser un gran edificio, y no sabía que hubiera tantos por aquí

    Por cierto, que bien se ven las fotos, sobretodo clicando en ellas y haciendo zoom (lo acabo de descubrir 😅)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A poco que se sepa observar, se encuentran numerosos molinos en los cauces manchegos, aunque como has leído, la mayoría en ruina o desaparecidos. Algunos de ellos fueron edificios de gran tamaño.
      En cuanto a las fotos, en todas las entradas puedes pinchar sobre ellas para verlas con una mayor resolución.
      Gracias por comentar, Eze.

      Eliminar

Publicar un comentario