Barrancas de Burujón

A pocos kilómetros de Toledo, las aguas del río Tajo son retenidas en el embalse de Castrejón. Este embalse, aprovecha un meandro del río, cuya orilla norte se encuentra unos 100 metros por encima del nivel de las aguas. Las arcillas son el material predominante en esta zona, lo que la convierten en un lugar fácilmente erosionable por la acción del agua y el viento. El paso de los milenios unido a la erosión ha forjado en estos escarpes unas gargantas estrechas y profundas. Este fenómeno geológico recibe el nombre de cárcavas.

Barrancas de Burujón

Aunque se reparten entre varios términos municipales, la mayor parte de estas cárcavas se encuentran en el término de Burujón. Se las conoce como "Barrancas de Burujón", pero el nombre oficial del paraje es "Barrancas de Castrejón y Calaña" y es con esa denominación con la que figuran como Monumento Natural desde 2010.  El lugar no era hasta entonces ni muy conocido ni visitado. Fue a partir de esa fecha cuando comenzaron a ir apareciendo en los medios de comunicación y a ser cada vez más conocidas, hasta el punto en el que los miradores más accesibles se encuentran masificados en algunos días festivos, ya que son cientos las personas que deciden acercarse a contemplar las maravillosas vistas y dar un paseo por este paraje. El desnivel tan pronunciado y la abundancia de arcilla, han forjado con el paso de los siglos esta espectacular formación geológica. También es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). El embalse y su entorno son un buen lugar para practicar la observación de aves.

Las cárcavas son socavones, canales y zanjas que se producen en suelos con pendientes pronunciadas y suelos blandos (arcillosos o arenosos), como es este caso. La causa principalmente son las avenidas de agua. Las escorrentías de lluvia erosionan el suelo formando estas profundas gargantas, de bordes afilados. La continua erosión transforma este paisaje vivo, haciendo que las gargantas sigan profundizando y avanzando con el tiempo. Las cárcavas conforman una compleja red de drenaje formando un complicado entramado de gargantas y regueros. Para su formación se deben dar un conjunto de características particulares: Gran pendiente, suelos pocos cohesionados (blandos), poca vegetación y la acción de la lluvia. Si se observa el paisaje, podemos ver todas estas características en estas las Barrancas de Burujón.

Vista general de las cárcavas, con el embalse al fondo.

Cientos de gargantas estrechas y puntiagudas conforman el espectacular y grandioso paisaje.

Sobre las cárcavas, tierras de cultivo. Con los siglos y la erosión las cárcavas avanzarán llevándose poco a poco los cultivos al fondo del barranco.

Gran paisaje.

Puntiagudos escarpes arcillosos.

La escasa vegetación y gran pendiente favorecen la erosión.

La altura y el embalse al fondo proporcionan unas vistas infinitas.

La foto no le hace justicia a la grandeza de las vistas.

Meandro del Tajo que conforma el embalse de Castrejón.

Los tonos rojizos y verdes, el agua, las gargantas... Todo forma un paisaje casi de otro planeta.

El lugar dispone de varios miradores de fácil acceso desde donde se tiene una grandiosa panorámica de las cárcavas. Las aguas del embalse en el fondo, junto a las cárcavas, conforman un paisaje espectacular. En estos miradores la afluencia de visitantes, en algunas ocasiones, puede ser masiva. Pero las barrancas no son solo los miradores. Existe un sendero que recorre el borde de las cárcavas durante varios kilómetros, a lo largo de un paseo tranquilo, silencioso y normalmente en solitario. Desde este sendero se llega a otros puntos con diferente perspectiva de los barrancos. Cabe destacar que aunque los miradores están protegidos por una barandilla, no sucede lo mismo con el sendero. En algunos puntos, transcurre junto a bordes de acantilado de decenas de metros de altura y salirse del sendero para acceder a ciertos puntos puede resultar muy peligroso. No sería el primer accidente mortal que se produce en este paraje. Recordemos que las cárcavas se forman en frágiles arcillas muy fácilmente erosionables y se pueden producir derrumbes en los bordes del barranco.

Zona de miradores, más accesible y donde se acumulan los visitantes.

Fuera de los miradores, no hay barandillas, con caídas de decenas de metros.

La persona de la parte superior da una idea de las proporciones del barranco.

Senderista sobre el barranco. El sendero transcurre cerca del precipicio.

Al borde del abismo: Diminutas se ven las personas comparadas con la altura de las gargantas.

Estrecha senda al vacío. A los lados hay caídas mortales en vertical. Los que desprecien su vida tienen puntos para sacarse fotos corriendo innecesarios riesgos.

Las Barrancas de Burujón son uno de esos paisajes únicos que sorprenden, por su grandeza y particularidad. La declaración como Monumento Natural y el rodaje de algunos anuncios lo dieron a conocer. Merece la pena una visita y un paseo. Aunque su fácil acceso y la cercanía a Toledo los ha convertido en los últimos tiempos en un atractivo turístico con unos miradores masificados en algunos momentos.

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