Tranco del lobo

En este blog ya hemos recorrido algunos lugares a lo largo de la Hoz del Júcar (Albacete). El que nos ocupa en esta entrada, se puede decir se ubica aproximadamente donde la orografía del río se transforma. La hoz encajada y sus serpenteantes meandros dejan paso a un más profundo encajonamiento del río, ausente de acentuados meandros, formando los denominados "cañones del Júcar", que se extienden desde aquí hasta aproximadamente las inmediaciones de Cofrentes y Jalance, ya en la provincia de Valencia.

El entorno sorprende, ya que la profunda depresión y sus altas paredes hacen muy complicado el acceso a algunos puntos del río. A esta orografía se suma la presencia de vegetación, monte y frondosos pinares que incrementan la dificultad de acceso proporcionalmente a la belleza del lugar.

En lo profundo de estos cañones, cerca de la población de Casas de Ves, se encuentra el paraje conocido como "Tranco del Lobo". El nombre del lugar, al parecer, le viene de que en esta zona, el río era más estrecho y que los lobos podían cruzarlo de un "tranco" (paso largo o salto que se da abriendo mucho las piernas). Hoy en día, ya no quedan lobos en estos bosques.

En esta estrecha garganta, poblada de pinares y recorrida por el Júcar, sorprende encontrarse en este recóndito lugar con un poblado abandonado, fruto de la actividad industrial hidroeléctrica de principios del siglo XX. En 1921 se comenzó a construir la central hidroeléctrica del Tranco del Lobo, una de las primeras de España. Entraría en funcionamiento en 1924.

Uno de los edificios del poblado del Tranco del Lobo

Dado de la dificultad y distancia para llegar a este lugar desde pueblos cercanos, se construyó junto a la central hidroeléctrica el poblado para alojar a los trabajadores durante la construcción y explotación de la central. Este pueblo, contaba con viviendas, escuela para los hijos de los empleados, iglesia, lavadero y todo lo necesario para la época y su población. Cuando la central dejó de necesitar tanta mano de obra, allá por los años 80, se fue abandonando hasta quedar despoblado. Hoy en día, el poblado luce una fantasmagórica estampa, pues la mayor parte de los edificios se encuentran abandonados y en estado ruinoso; encerrados en el bosque, engullidos por la vegetación y desfigurados por los derrumbes. Son una decadente muestra de lo que eran los poblados industriales de principios del siglo XX, de los que no quedan muchos en la región.

Edificios ruinosos digeridos por el bosque.

Más estructuras, que parecen corrales.

Restos de un lavadero.

Las casas se confunden entre la vegetación.

Esta era la pequeña iglesia del poblado.

"Heisenberg" en el dintel de una puerta: Hasta aquí han llegado los seguidores de "Breaking Bad"

Algunos techos se han venido completamente abajo.

Aquí se aprecia lo escarpado del terreno y lo recóndito del lugar.

Otra perspectiva de una de las edificaciones, con un alto peñasco al fondo.

Recorriendo el poblado; paseando entre la broza.

Los tejados de madera han sucumbido al paso del tiempo.


Además, debieron ser refugio de una comunidad "okupa" hace décadas, cuando aún eran habitables, pues el poblado está plagado de paredes pintadas y dibujos. Tal vez resulta lo más llamativo del poblado. Muchos de estos dibujos son enigmáticos, inquietantes, y transmiten desconcertantes mensajes, pero que en el contexto actual de abandono y soledad dan al lugar un halo de misterio único. Un lugar realmente singular y que merece la pena recorrer deteniéndose en cada pintura y construcción, como si cada ventana fuera el marco que alberga una obra pictórica destinada a desaparecer, como si se tratara de un recóndito museo de arte urbano abandonado a su suerte mientras agoniza.


Mural exterior: ¿Pájaros en la cabeza?

Las ventanas abiertas hacen las veces de marco de un cuadro.
La pintura se encuentra en la pared opuesta de la habitación.
En este caso, ¿personajes levitando?

¿Un oso abrazando niños? 

¿Naturaleza interior? Inquientate como poco...

¿Mujer con piel de oveja?

Un coleccionista de caras

Mujer, oso y hombre volador... Díficil interpretación.

Más pajas mentales en las paredes

Árboles

¿Idólatras? ¿Ante qué están postrados estos personajes?

La muerte

¿La fiera que vive dentro?


Junto al poblado, pasa el canal de agua que abastecía a la central. El agua era captada en una presa unos metros aguas arriba, y viaja por este canal hasta la central, que se encuentra muy próxima al poblado. La pequeña central aún se mantiene en pie: vallada con acceso restringido, y parece seguir en funcionamiento, aunque seguramente de forma remota y sin la necesidad de la enorme mano de obra de antaño.

Puente sobre el canal.
El canal y algunas casas del poblado.



Foto sobre el puente del canal. La central se divisa al fondo.

El lugar, es un bonito enclave que invita a dar un paseo senderista o a perderse por sus bosques y caminos aledaños con la bicicleta de montaña. Otro apunte curioso, es que eran frecuentes en esta zona del río las crecidas, debido a las presas que hay río arriba y que podían soltar agua. Así pues, junto al poblado y la central, descendiendo por el camino hasta el río, hay un curioso puente colgante para peatones, a unos 6 metros sobre el nivel del río, junto a otro puente para vehículos (este último casi al nivel de las aguas). De esta manera, si una crecida sobrepasaba el puente de vehículos, al menos quedaba un acceso para peatones a través del puente colgante.

Al fondo, el puente colgante sobre el río Júcar.

Atravesando el puente colgante.

También, casi frente a la entrada del puente colgante, en el margen izquierdo del río, sale un pequeño sendero que sube hasta una curiosa cueva (más bien un gran abrigo de roca), apenas a 50 metros de distancia, pero casi oculta por la vegetación. Este abrigo, como otros muchos de la zona, se tapiaba y servía como refugio a pastores y sus rebaños. De hecho, en este encontramos en el interior alguna estancia construida artificialmente y el techo con marcados restos de haber encendido fuego en su interior.

Acceso a la cueva que está tapiada y dispone de puerta para su uso como corral y refugio.

En el interior de la cueva.

El Tranco del Lobo no tiene un acceso rápido y sencillo. Se puede llegar a él desde Alcalá del Júcar, tomando la pista asfaltada que lleva hasta Tolosa, y siguiéndola hasta llegar al Tranco del Lobo. Son unos 13 km que a pesar del asfalto, no está en muy buenas condiciones, está llena de curvas y se cruza un estrecho puente, lo que obliga a circular a unos 30 km/h como máximo. Otra opción es bajar durante 8 km desde Casas de Ves por un camino bastante roto, con piedra suelta, curvas y fuerte pendiente, que hace difícil el tránsito a un turismo convencional.

El siguiente mapa muestra la ubicación de una de las principales edificaciones del poblado. A unos 200 metros al Este, se encuentra la central y bajando el camino hasta el río podremos llegar al puente colgante.

----- MAPA -----

Comentarios

  1. Un poco de yuyu sí que dan las pinturejas 😬

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    1. Eso sumado al estado apocalíptico de las construcciones, a la soledad, a la belleza y a lo recóndito del lugar. Todo ello crea un ambiente único y extraño.

      Gracias por su comentario, señor Eze.

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    2. No hay de qué.. tienes q completar la entrada con una visita nocturna ...👻

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    3. Pues con los ruidos nocturnos del bosque y la soledad, el poblado debe ser un lugar aún más inquietante si cabe.

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