Castillo de Almenara

Casi en el límite de provincia que separa La Mancha conquense de la toledana se encuentra un importante vestigio de fortaleza medieval prácticamente abandonado. Se trata del castillo de Almenara. Ubicado en el término municipal de Puebla de Almenara, gobierna la sierra Jarameña desde uno de sus puntos más altos. Su situación le permite tener una amplia visibilidad de su entorno de prácticamente 360 grados y de muchos kilómetros de distancia.

Castillo de Almenara

Es un castillo bastante antiguo, del que se tiene constancia desde al menos el siglo XII, aunque ha tenido reformas posteriores. Parece que en el archivo de la Orden de Santiago se indica que su fecha de construcción fue en 1177. Después, a lo largo de los siglos ha pasado por diferentes propietarios (el infante Don Juan Manuel -siglo XIV-, el cardenal González de Mendoza -siglo XV-, la princesa de Éboli -siglo XVI-, etc.). Lamentablemente, hoy está prácticamente abandonado y su estado es de ruina progresiva. La visita a los restos se puede hacer por cuenta propia, y aún se pueden recorrer bastantes zonas de muralla, patios interiores, caballerizas y restos de algunas torres. Además también se puede disfrutar de las amplias vistas que rodean al castillo.

Detalle del interior del castillo

Lo que aún se mantiene en pie del castillo, permite distinguir que estaba formado por un primer recinto rodeado por una muralla trapezoidal, de gran grosor y con potentes torres: redondeadas, cuadradas y una pentagonal. Superada esta primera muralla, se encuentra un recinto de paso, intramuros pero exterior a lo que es un tercer recinto donde se encuentra la fortaleza principal. Esta tercera zona es la más antigua del castillo, y a su vez, donde se concentraban las estancias principales, zonas residenciales, caballerizas, almacenes, etc.

Una de las pocas estancias que siguen en pie y que aún se puede recorrer su interior son las interesantes caballerizas. Se trata de un pasillo abovedado y que las crónicas cuentan que con capacidad para casi 100 caballos. Las caballerizas rodean profundo aljibe, que también se conserva y que puede observarse desde su abertura superior.

Una de las entradas a las caballerizas.
En los muros del fondo se aprecian los agujeros donde se insertaban las vigas de madera,
 para sujetar los suelos/techos que separaban las distintas plantas.

De las estancias interiores, apenas quedan las paredes y restos de escaleras. Se pueden observar en algunos muros los agujeros donde encajaban las vigas de madera y que servían para separar las diferentes plantas del castillo. Pero la altura de algunos muros delata la grandeza y dimensiones que tuvo esta fortaleza.

Un paseo alrededor y sobre las murallas también ayuda a hacerse una idea de la importancia y dimensiones del castillo. En las murallas, destacan elementos de reformas posteriores, como son las troneras, que se añadieron siglos después para poder hacer uso de piezas de artillería, una vez que el uso de armas de fuego se generalizó.

Detalle de las troneras.
El color de la piedra delata que se trata de un añadido posterior.

Una de las más detalladas descripciones de lo que era el castillo es la que se encuentra en las Relaciones Topográficas de Felipe II (siglo XVI), en la que se cuenta que la muralla exterior disponía de seis cubos (torres), que en las caballerizas (que rodeaban el aljibe) entraban hasta cien caballos. Sobre ellas, un patio enlosado con acceso al aljibe. Dos grandes salas, una en la planta superior y otra en la inferior, donde aún se almacenaban armas y corazas. Treinta y cuatro aposentos (que son muchos) repartidos en las diferentes plantas, para diversos usos y residencia, además de otros cuatro a lo largo de las murallas. Siete de estos aposentos contaban con chimenea. Además, la torre del homenaje y una campana.

Acceso al castillo.
Se sabe que el acceso original no era por esta puerta, que es de construcción posterior.

Detalle de torre, con escudo de armas y tronera.

Restos de tres ventanas en un alto muro.
Da una idea de la altura del castillo y de las plantas interiores que tenía.

Apenas unas décadas después de esta descripción, el mayordomo de la cercana ermita de Nuestra Señora de la Misericordia (a unos 500 metros del castillo) solicitaba que se usaran los despojos del castillo en ruinas para rehabilitar la ermita. Esto hace suponer que en el siglo XVII ya estaba abandonado, aunque sin duda, el estado sería mucho mejor que el actual. De hecho, hoy en día se pueden observar en la ermita lo que eran sillares y otros elementos pertenecientes al castillo.

Más información, planos y fotos en estos enlaces:

https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Puebla_de_Almenara

http://otraiberia.es/castillo-almenara-cuenca/

Para hacerse una idea general del estado y dimensiones del castillo, nada mejor que el siguiente vídeo aéreo:

El estado actual del castillo invita a realizar, al menos, alguna intervención que consolide las ruinas, para que su estado de degradación no vaya a más y para no perder definitivamente lo que queda de él. Me temo (y ojalá me equivoque) que no se acordará nadie de su rehabilitación o consolidación hasta que ocurra algún derrumbe irreparable... y para entonces será tarde. Por tanto, aprovechen, visiten, respeten y disfruten de esta maravillosa fortaleza mientras siga en pie.

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