Un curioso lugar, de gran interés geológico, es el Boquerón del Estena, en el municipio de Navas de Estena (Ciudad Real).
Desde este pequeño pueblo, situado junto al Parque Nacional de Cabañeros, parte una sencilla ruta que recorre la orilla del río Estena. Llamada la ruta del "boquerón del Estena" es una de las más populares del Parque Nacional. El nombre de "boquerón" le viene de "boca" o "estrecho", por ser una estrecha garganta por la que discurre el río formando un paisaje peculiar y de gran belleza a lo largo del desfiladero.
Esta zona ha sido declarada "lugar de interés geológico" dentro del proyecto Global Geosites, por atesorar una gran muestra de de conjuntos litológicos formados en los fondos marinos, durante el Cámbrico. Dentro de estas muestras, están como no, los fósiles, de los que hay una generosa muestra a lo largo de toda la ruta. "Skolithos" (madrigueras verticales de gusanos), trilobites y sus huellas (cruzianas), rizaduras (marcas de oleaje del fondo marino), moluscos, conchas, etc.
Pero sin duda, el fósil más espectacular es la huella de una galería de 12 metros de longitud y 20 cm de diámetro, atribuida por los científicos a un gusano gigante extinguido hace centenares de millones de años, y que hasta el momento del descubrimiento (2009) solo se había encontrado en este lugar.
Difícil será averiguar como era exactamente el ejemplar de gusano que realizaba estas galerías, ya que se supone de un organismo marino tan blando, que es realmente difícil encontrar fósiles del animal. Pero sí que se sabe que eran animales que excavaban galerías horizontales en el fondo de la arena del mar, en zonas próximas al contienente. Las galerías se revestían de mucosidad por dentro, lo que hacía que su interior se endureciera y no colapsara. Con el tiempo, se llenaban de sedimentos y fosilizaban, dando como resultado el gran fósil que hoy podemos observar.
Para llegar al fósil del gusano gigante, hay que recorrer la ruta del Boquerón del Estena casi en su totalidad. Unos 2.5 km a pie (y luego volver, claro). No obstante, bien merece la pena, pues no solo el fósil es digno de ver, sino por la belleza del recorrido por la garganta del Estena. Además, otras sorpresas geológicas en forma de fósiles (rizaduras, trilobites, cruzianas) nos esperan.
En el mapa, indico la situación del fósil del gusano gigante, el cual no tiene pérdida si se sigue la ruta marcada que comienza en Navas de Estena.
Desde este pequeño pueblo, situado junto al Parque Nacional de Cabañeros, parte una sencilla ruta que recorre la orilla del río Estena. Llamada la ruta del "boquerón del Estena" es una de las más populares del Parque Nacional. El nombre de "boquerón" le viene de "boca" o "estrecho", por ser una estrecha garganta por la que discurre el río formando un paisaje peculiar y de gran belleza a lo largo del desfiladero.
Esta zona ha sido declarada "lugar de interés geológico" dentro del proyecto Global Geosites, por atesorar una gran muestra de de conjuntos litológicos formados en los fondos marinos, durante el Cámbrico. Dentro de estas muestras, están como no, los fósiles, de los que hay una generosa muestra a lo largo de toda la ruta. "Skolithos" (madrigueras verticales de gusanos), trilobites y sus huellas (cruzianas), rizaduras (marcas de oleaje del fondo marino), moluscos, conchas, etc.
Pero sin duda, el fósil más espectacular es la huella de una galería de 12 metros de longitud y 20 cm de diámetro, atribuida por los científicos a un gusano gigante extinguido hace centenares de millones de años, y que hasta el momento del descubrimiento (2009) solo se había encontrado en este lugar.
Pared con el fósil de la galería del gusano gigante. La superficie de esa losa es de unos 5x5 metros. |
Difícil será averiguar como era exactamente el ejemplar de gusano que realizaba estas galerías, ya que se supone de un organismo marino tan blando, que es realmente difícil encontrar fósiles del animal. Pero sí que se sabe que eran animales que excavaban galerías horizontales en el fondo de la arena del mar, en zonas próximas al contienente. Las galerías se revestían de mucosidad por dentro, lo que hacía que su interior se endureciera y no colapsara. Con el tiempo, se llenaban de sedimentos y fosilizaban, dando como resultado el gran fósil que hoy podemos observar.
Para llegar al fósil del gusano gigante, hay que recorrer la ruta del Boquerón del Estena casi en su totalidad. Unos 2.5 km a pie (y luego volver, claro). No obstante, bien merece la pena, pues no solo el fósil es digno de ver, sino por la belleza del recorrido por la garganta del Estena. Además, otras sorpresas geológicas en forma de fósiles (rizaduras, trilobites, cruzianas) nos esperan.
En el mapa, indico la situación del fósil del gusano gigante, el cual no tiene pérdida si se sigue la ruta marcada que comienza en Navas de Estena.
----- MAPA -----
He ido varias veces ya a hacer la ruta del boquerón del Estena y cada vez me gusta más, una pena que sea tan corta. La última vez una guía del parque nos contó muchos detalles e historias de aquella zona y me resultó muy ameno.
ResponderEliminarMuchas gracias Jesús!!
El paseo en sí para llegar hasta el fósil del gusano (ruta del Boquerón del Estena) merece otra entrada aparte, que dejo pendiente para mejor ocasión. Coincido en que se haga corta, pues son 5 km entre ida y vuelta, prácticamente llanos. El entorno es tan bonito (río, garganta, vegetación, fósiles, fauna...) que es normal acabar la ruta y quedarse con ganas de más. Eso sí, es muy apropiada para hacer con niños.
EliminarPara disfrutar con plenitud de la ruta, es altamente recomendable hacerla con guía o en su defecto, llevando información de lo que nos encontraremos (por ejemplo, con los panfletos proporcionados por el Parque Nacional). Es de alto interés geológico, natural y paisajístico.
Gracias por el comentario, Victor.
Me apunto la ruta 😉
ResponderEliminarApunte, apunte; señor Eze.
EliminarY recórrala. No se arrepentirá.