Viaducto de Minas del Horcajo

Minas del Horcajo (también conocido simplemente como "El Horcajo") es una pequeña pedanía, enclavada en plena Sierra Madrona y perteneciente a Almodóvar del Campo (Ciudad Real). Como su nombre indica, es una población que nació y creció al abrigo de una explotación minera de plomo argentífero situada en este mismo lugar. Aunque actualmente la aldea se encuentra prácticamente desaparecida, y solamente la habitan apenas una decena de habitantes, en sus mejores tiempos se dice que llegó hasta más de 6.000. Aún se puede dar un paseo por los alrededores donde se siguen apreciando construcciones mineras, herencia de aquella explotación.

Viaducto de Minas del Horcajo

Hasta finales del siglo XIX, el mineral que se extraía debía ser transportado mediante caballerías, lo cual hacía difícil su rentabilidad y se planteó la construcción de una línea férrea para transporte de mineral desde las Minas del Horcajo hasta la población más cercana, Conquista, ya en la provincia de Córdoba, donde conectaría con la línea que ya existía hasta Peñarroya y su complejo minero (también en Córdoba). Este ramal se puso finalmente en funcionamiento a principios de siglo XX.

Posteriormente, en 1912, la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (S.M.M.P.) comienza sus extracciones en las minas de Puertollano. Interesa pues comunicar desde ese momento Puertollano con Peñarroya mediante ferrocarril para el transporte de mineral y es por lo que se decide extender la línea desde Minas del Horcajo hasta Puertollano. Esta extensión de línea no entraría en funcionamiento hasta 1927, en principio para uso exclusivamente de transporte de materiales, y curiosamente cuando ya había pasado más de una década desde que en las minas de Horcajo se extrajo el último mineral, porque esta mina, por aquel entones, ya había cerrado.

Una locomotora cruzando el viaducto cuando aún estaba en uso.

Dado lo agreste del lugar, en Minas del Horcajo varias son las construcciones de importancia de que levantan para que la vía pueda salvar los importantes desniveles, entre ellas un espectacular viaducto que sobrevuela el arroyo de la Ribera. Se trata de un viaducto curvado de unos 30 metros de altura. Es una construcción en mampostería y sillería, sustentada por grandes arcos sobre los que discurrían las vías férreas. Constituye un bello ejemplo de arquitectura industrial ferroviaria y minera de las primeras décadas del siglo XX.

En 1970 se cierra definitivamente la línea Puertollano-Peñarroya, que en los últimos años ya solo tenía un uso exclusivo de (escasos) viajeros, dejando a un lado el transporte de mineral dada la decadente actividad minera.

A la propia belleza constructiva del viaducto, se suma el entorno en el que se encuentra, en plena Sierra Madrona y rodeado de un exuberante bosque mediterráneo. No obstante, el entorno fue alterado por la construcción del cercano viaducto y túneles de la línea AVE Madrid-Sevilla, que entró en funcionamiento en 1992, que atraviesa la sierra a escasos metros del lugar. Pero a pesar de ello, el antiguo viaducto conserva y mantiene ese regusto atávico industrial de principios del siglo XX.

Sendero que desciende hasta el puente.

Parte superior del viaducto.
Las vías férreas fueron desmanteladas hace décadas.

El viaducto se encuentra en el interior de una finca privada, "La Garganta", perteneciente al ducado de Westminster. En 2013, la propiedad decide cerrar el paso al viaducto instalando una valla en su acceso. Varios carteles alertan de la prohibición, alegando que se realiza para salvaguardar la seguridad de los transeúntes, por el peligro que conlleva caminar sobre el puente. No fueron pocas las protestas surgieron entonces a causa de esta prohibición. Todavía hay colectivos que siguen demandando la apertura a visitantes y/o la declaración de algún tipo de protección para esta singular infraestructura.

Cartel prohibitivo a la entrada del puente.

Una valla impide el acceso peatonal al viaducto.

El viaducto entre pinos, encinas y jaras.

El viaducto de Minas del Horcajo es uno de los más importantes restos de la desmantelada línea ferroviaria minera Puertollano-Peñarroya. Si no se conoce la historia de la línea férrea, impresiona encontrar semejante construcción encajada en este remoto lugar y sin uso. Parece estar resistiendo en este rincón de Sierra Madrona como un olvidado homenaje a la memoria de aquellos que lo levantaron. Una bella y espectacular construcción, reminiscencia de la importante actividad minera de esta comarca. Un entorno natural inigualable rodea el viaducto. El declive en la rentabilidad de la actividad minera acabaron con el tránsito de trenes en esta línea, pero aún se conservan importantes restos de ese pasado como este singular viaducto, que ojalá sepamos conservar. 

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