Templo de Diana

Segóbriga; ciudad romana ubicada cerca de Saelices (Cuenca). Hoy, yacimiento arqueológico, uno de los más importantes de España en cuanto a ciudades romanas. La visita bien merece la pena, apoyada en su centro de visitantes e interpretación. Pasear por su anfiteatro, termas, foro, teatro, circo... te transporta 2000 años atrás, cuando la ciudad era un importante centro de negocio en torno a las minas de extracción de LAPIS SPECVLARIS, yeso cristalizado (el "cristal" usado para las ventanas de entonces), del que por entonces abastecía a gran parte del Imperio.

Pues bien, como Segóbriga es bien conocida y en este blog trato precisamente (por lo general) de mostrar lugares menos reconocidos, vamos a desplazarnos unos cientos de metros. En las proximidades de la ciudad romana, podemos adentrarnos en un LVCVS: Un bosque sagrado de origen celtibérico que posteriormente, en tiempos de Roma, fue dedicado a la diosa Diana. El bosque es atravesado por un camino, que por sus restos, bien podría ser la calzada que unía Segóbriga con CARTHAGO-NOVA.

En estos bosques, que conservan la vegetación tal y como probablemente se conoció hace 2000 años, todavía podemos ver algunas de las canteras de las que se extraía la piedra caliza para las construcciones de la ciudad, muy diferentes a las nombradas minas de LAPIS SPECVLARIS. Son las Canteras de los Rostros, denominadas así por las caras esculpidas por los romanos en la roca de algunos de sus frentes.

Casi perdido en el monte, en uno de estos frentes de cantera se ubica el templo rupestre de Diana. Se trata de una serie de hornacinas y relieves esculpidos en la roca, únicos de este tipo en España de los dedicados al culto de la diosa virgen de la caza, protectora de la naturaleza y de la luna. Una verdadera joya que en las últimas décadas ha sufrido un gran deterioro por actos vandálicos (ya hay que ser descerebrado para ponerse a picar la pared, ya ves tú con qué intenciones...). Por esa razón, y debido a su difícil accesibilidad, en el museo del parque arqueológico se puede visitar una excelente réplica.

Templo de Diana: Vista general.

La pared conserva un conjunto de cinco paneles, cada uno de ellos con tres espacios. El central y mejor conservado ofrece una representación en bajorrelieve de lo se piensa es la diosa cazadora Diana, rodeada de sus perros. Es la hipótesis más probable, aunque hay varias. Debajo de cada hornacina, una inscripción dedicada a ella dentro de un recuadro y en su parte superior un tímpano en forma de templo.

Grabado realizado en ¿1794?

Grabado del siglo XVIII (1790)
Se adivinaban mejor las figuras pues estaban en un mejor estado de conservación.
Los vándalos descerebrados y la erosión han destruido el relieve.

La verdad es que el estado actual deja bastante a la imaginación, pues apenas se aprecian las figuras y la mayoría de los textos en latín son ilegibles, pero no deja de ser un lugar impregnado de magia, en medio de un bosque otrora sagrado. Se desconoce el uso principal que se daría a este lugar y las razones de su construcción justo aquí, al lado del camino (que ya existía entonces), en medio del bosque y usando un frente de cantera para tallar las hornacinas y sobrerrelieves.

Detalle de la hornacina mejor conservada

Aún se pueden adivinar algunos textos en latín

Esperamos que podamos seguir disfrutando por mucho tiempo de este hechizante lugar y del privilegio que supone visitar "in situ" un templo único, cargado de historia. Se trata de una obra única y como tal debería preservarse. Actualmente, se puede visitar libremente, si conoces la ubicación, escondida en el bosque. Si tienes la ocasión de visitarla, recuerda no manipular, tocar ni alterar nada. Hay penas de prisión por destrucción, expolios y alteración del patrimonio, y estarás delante de uno de suma importancia. Disfruta de este mágico lugar, de su contemplación y ayuda a preservar sus restos por otros 2 milenios.

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