Puente de las Ovejas

Hoy viajamos hasta otro puente, pero por suerte, a diferencia de todos los que hemos visto hasta ahora, este presenta un buen estado de conservación. Se trata del puente de las ovejas, sobre el río Guadiana, muy cerca de Los Pozuelos de Calatrava.

Puente de las Ovejas, sobre el río Guadiana

Está situado a tan sólo un par de kilómetros de la ferrería El Martinete, a la que ya dedicamos una entrada. De hecho, la represa para desviar el agua del río a la fundición está unos 200 metros aguas arriba de donde se encuentra el puente. Desde allí partía el canal que conducía el agua a El Martinete, que iba después paralelo al río, a unos 100 metros de este, por su margen izquierda, hasta llegar a las instalaciones de la fundición, varios km más adelante.

Pero el motivo por el que el puente está aquí no es por la ferrería, sino porque este es el paso de una de las más importantes vías trashumantes de la península: la Cañada Real Riojana (también denominada Cañada Real Galiana) que recorre la península desde La Rioja hasta el sur de Ciudad Real. Por lo que veo, en esta zona de la provincia en ocasiones hay confusión entre la presente vía pecuaria y la Cañada Real Segoviana, pero esta última discurre por el ámbito cercano al Parque Nacional de Cabañeros, más al norte. De hecho, incluso algunos indicadores de senderos la marcan por aquí como si fuera la Segoviana, probablemente porque existen veredas que unen ambas cañadas, próximas en esta zona, y de ahí que aquí también veamos esa denominación.

El puente se construyó para que los ganados trashumantes pudieran cruzar el río Guadiana. Su forma estaba pensada para facilitar el contadero de las miles de ovejas merinas que se desplazaban por la Cañada Real hacia el gran invernadero del Valle de Alcudia. Su tramo Norte es más ancho y se va estrechando hasta llegar a un punto en el inicio del puente por donde solo podían pasar las ovejas de una en una. De esta manera, se podían contar y conforme a su número se calcularía la cuantía del "peaje" que se pagaba por usar el puente. La manera de contarlas era o bien haciendo un nudo en una cuerda por cada diez que cruzaban o pintando una marca en una oveja de cada diez.

La forma del puente facilitaba contar las ovejas.
Se aprecia como tiene forma de embudo, disminuyendo el espacio
de paso conforme se cruza, hasta dejar poco más de 1 metro de anchura.

Por usar este paso los pastores tenían que pagar un impuesto denominado Pontazgo (derecho a cruzar un puente). Existían numerosos tributos, siendo los más importantes el Montazgo (que daba derecho a pastar en los montes adehesados) y el Portazgo (que se imponía a los ganados que utilizaban las Cañadas Reales).

El Puente de las Ovejas, testigo del paso de miles y miles de merinas durante varios siglos, presentaba hace unos años un estado preocupante de abandono, amenazando ruina, pero recientemente (2012) una restauración ha recuperado esta construcción de gran valor etnográfico y patrimonial.

Grupo senderista sobre el puente (otoño 2007) antes de la restauración.
Se aprecia que los pretiles habían desaparecido por completo.

Además, el entorno en el que se ubica es realmente bello, pues está rodeado de monte, alejado de núcleos urbanos, que junto con el río Guadiana, crean una idílica imagen. Sobre todo, si lo visitamos en épocas en la que el pasto esté verde, como puede ser en primavera. Es visualmente una delicia contemplar el puente, praderas, monte y río.

El entorno natural del puente es una preciosidad.

El acceso hasta el puente de las ovejas puede hacerse en coche tomando un camino en la orilla derecha del puente sobre el Guadiana, en la carretera de Alcolea a Los Pozuelos. Hay un camino que recorre el margen derecho del río hasta el puente. Ahora bien, el puente, por su anchura, sólo se puede cruzar caminando o en bicicleta. Además, el puente es lugar de paso obligado de numerosas rutas senderistas: GR-114 (Camino Natural del Guadiana), PR-CR 04 (Sendero desde Alcolea a Los Pozuelos), La ruta de Don Quijote y la nombrada Cañada Real (GR-162).

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