Cuevas del cerro del pollo

La hoz del Júcar (Albacete), por el tipo de roca caliza blanda en la que se asienta, está plagada de numerosas oquedades, cuevas y abrigos construidos desde tiempos ancestrales. En muchos lugares, la roca se presta a ser excavada con relativa facilidad, habiéndose tallado de esta manera, cuevas y lugares de abrigo, que han sido usados desde la antigüedad como corrales, almacenes, vivienda o incluso como garitas o posiciones defensivas.

Cerca de Cubas, una pedanía del municipio de Jorquera, donde el barranco de Cañahorro se une al río Júcar, se encuentra este conjunto de cuevas. En este lugar se asienta el "cerro del pollo". De la pared que da al barranco de Cañahorro, cuelgan varias oquedades artificiales que por su aspecto y accesibilidad deben ser antiquísimas.

Cuevas colgadas de la pared, en el barranco de Cañahorro.


Las cuevas artificiales están a una altura de unos 15 metros en la pared.
Obviamente, esto las hace inaccesibles sin el equipo adecuado.


Perspectiva lejana de la pared.

Los alrededores de Cubas, posiblemente serían zona de asentamiento ancestral, excavando y usando desde entonces las cuevas. En la hoz del Júcar hay ejemplos de este tipo de asentamientos desde al menos época íbera, como por ejemplo el del abrigo de Reiná, al que ya dedicamos una entrada. Ya en la Edad Media, a estos conjuntos de cuevas de la ribera de Cubas se le supone un uso similar al que pudo tener la cueva de Garadén, que serviría de granero fortificado asociado a la fortificación de Alcalá del Júcar. En este caso, las cuevas del cerro del pollo en Cubas servirían como graneros de la fortaleza de Jorquera. Es decir, estaríamos ante dos conjuntos similares de castillo con almacenes graneros fortificados en las cercanías: Alcalá-Garadén y Jorquera-Cubas.

Según José Luís Simón García, en su libro "Castillos y torres de Albacete", las características de la cueva de Garadén son extrapolables a estas cuevas del barranco de Cañahorro. Estos graneros fortificados eran habituales en el mundo beréber del norte de África, por lo que a estas cuevas se les adjudica un uso similar en la Edad Media, durante la dominación musulmana. Serían graneros fortificados de almacenamiento del excedente de cosecha.

Las fotos de esta entrada muestran las cuevas del cerro del pollo, pero se pueden encontrar más cuevas similares en esta zona remontando el barranco de Cañahorro.

Aunque algunas de estas cuevas son ancestrales, hay que saber diferenciarlas de otras estructuras más modernas que se construyeron para aprovechar algunas de estas cuevas u oquedades para usos modernos, como para corrales para almacenar ganado o almacenes para herramientas. Las construcciones más recientes suelen ser piedra, mientras que las antiguas paredes musulmanas medievales para uso defensivo en estas cuevas solían estar construidas en tapial. No necesariamente todas las cuevas que observamos pudieron cumplir esa función defensiva. Muchas de estas cuevas, hoy son inaccesibles, salvo contando con equipamiento o escaleras adecuadas.


Detalle de una de las construcciones más recientes, a ras de suelo.
La pared de piedra se usaba para delimitar un corral, aprovechando también parte de cuevas artificiales.
Se aprecia también una cúpula de piedra seca, que supuestamente haría las funciones de horno.


En la base de la pared, a la izquierda, se ven construcciones más recientes, en piedra.
El resto de cuevas, en las alturas, serían cavadas probablemente en época musulmana o incluso antes.

Este conjunto de cuevas y oquedades conforman un curioso paraje en este poco accesible lugar, que nos remonta a épocas pretéritas y nos hacen más fácil imaginar cómo sorprendentemente el hombre aprovechaba para su uso a la orografía y la geología desde tiempos ancestrales. 


Bibliografía:

- José Luís Simón García: "Castillos y torres de Albacete". Instituto de Estudios Albacetenses, diciembre 2011.  Depósito Legal: AB-452-2011


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