Intersección de carriladas

Las dos últimas entradas he mostrado restos de lo que es un antiquísimo camino, probablemente romano, en lo que se supone podrían ser las inmediaciones de la ciudad romana de SALTIGA, cerca de la villa actual de Jorquera (Albacete). Las entradas describían dos tramos del camino, uno en la parte derecha del cauce del río Júcar y otro en la parte izquierda.

Hoy, para terminar esta trilogía de artículos, os muestro otro curioso lugar, que sin duda pertenecía al mismo camino, pero que hoy aparece un tanto aislado de ellos. Aunque se encuentra continuando unos cientos de metros a lo largo de uno de los caminos que os mostré, durante esa distancia ha desaparecido todo resto de ancestral camino y no se encuentra ya nada que nos haga pensar que ese fuera el trazado original del antiguo camino. Nada, hasta llegar a este punto, en el que de forma aislada, volvemos a descubrir carriladas, posiblemente también romanas, y contemporáneas al resto de restos que ya vimos.

Intersección de carriladas: Profundos surcos que se entrecruzan en dos direcciones.

Las carriladas eran las marcas y surcos que las ruedas de los carros dejan en las piedras tras el tránsito de ellos durante siglos por un camino. La particularidad de las que os muestro hoy es que parece que nos encontramos en un cruce de caminos y debió ser importante por la profundidad de las marcas en la piedra. Además, estas carriladas se encuentran en el margen de un camino que actualmente se transita, y por tanto, aisladas de los otros restos que vimos en las anteriores entradas, y que estaban en un camino prácticamente abandonado. Eso sí, si miramos el trazado, parece que se trata del mismo camino aunque en esta zona que muestro hoy, el camino ha tenido uso hasta la actualidad.

Las carriladas las encontramos en el borde del actual camino. Lo curioso de estas marcas es la profundidad que alcanzan en el terreno llano que atraviesan, recorriendo una superficie rocosa. Además, podría ser que nos encontramos ante la intersección de varios caminos, pues encontramos surcos que se entrecruzan en dos direcciones diferentes: Una de transcurre paralela al camino actual, siguiendo la dirección Jorquera-Casas Ibañez y otra que parece venir desde La Recueja. Precisamente, en esa dirección, encontraremos más carriladas junto a la carretera, por lo que cabe deducir que efectivamente había otro camino hacía el río en esa dirección y que el punto donde nos encontramos podría ser precisamente un cruce, aunque no me atrevería a asegurarlo.

Detalle a ras de suelo de las marcas sobre la roca viva.

Una de las carriladas transcurre paralela al camino actual.

La otra carrilada, atraviesa oblicuamente el camino vigente,
hasta que es interrumpida por un talud de piedra construido posteriormente.


Como se aprecia, las marcas son evidentes.

La profundidad de los surcos supera con facilidad los 10 cm.
Imaginad el tiempo y carros necesarios para erosionar la roca de esta manera.
El camino, sin duda, debía tener bastante tránsito.

Detalle de la intersección de carriladas.

Como se observa en las fotos, se distingue fácilmente la dirección de los surcos, de unos 20 metros de longitud y cómo se estos se entrecruzan formando aproximadamente un ángulo de 45 grados. La profundidad de las carriladas evidencia un gran tráfico de carruajes durante siglos. Por su ubicación, es de suponer que estas marcas son contemporáneas de las que vimos en las dos últimas entradas, posiblemente de época romana.

[Edito 30-12-2023] Si nos guiamos por la fábrica y técnica constructiva, no se puede afirmar que estos restos sean de origen romano. Sobre técnicas constructivas de vías romanas, se pueden consultar los estudios y artículos de Isaac Moreno Gallo. Probablemente la vía mostrada se trate de un camino de mulas del siglo XVII ó XVIII. Si acaso, aprovechando el recorrido de alguna vía ancestral, quizá medieval.

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Comentarios

  1. Mancha Ignota, mil gracias por tus publicaciones cuyo interés comparto con nuestro común amigo Paco García.
    Permíteme apuntar que la existencia de numerosas carriladas en esta zona, está propiciada, además de por la existencia de la antigua Saltiga y su correspondiente necrópolis (El Pelao que tan bien recoges en este blog), por la existencia de un sempiterno puente sobre el Júcar en una parte poco profunda del mismo. Me refiero al de La Recueja, de cuyo "peaje" que se pagaba en la antigüedad, la "recua", la población heredó el topónimo.
    Reitero mi gratitud por tus artículos.
    Salu2.
    Ángel Gómez

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    1. Apreciado Ángel.

      Muchas gracias por tu aporte sobre la "recua" del puente sobre el Júcar, que aunque ya conocía, no reflejé convenientemente en la entrada.

      La dirección que toman los caminos en esta intersección, sumada a la otras carriladas y caminos que encontramos en la zona (ver enlaces en esta misma entrada), parecen indicar que desde muy antiguo los puentes o pasos para cruzar el río ya estaban situados en el mismo lugar de los actuales puentes de Jorquera y La Recueja, o en su defecto muy cerca de ellos.

      Un placer poder encontrarte en este blog, y un halago poder tenerte como lector. Espero escribir muchas más entradas de tu interés.

      Saludos.

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